¿Qué es la libertad? La libertad no es tanto algo que se tiene, sino más bien algo que se es. Realmente no basta con responder a la pregunta de si el hombre es libre o no, sino que hay que plantear la pregunta de si el hombre es siempre igual de libre.
La libertad se suele dividir en externa o física, por ejemplo no estar en la cárcel, y libertad interna o constitutiva (que es lo más íntimo de los seres humanos). Ningún cautiverio, prisión o castigo es capaz de suprimir este nivel tan profundo de libertad.
La libertad una vez que se ha ejercido correctamente, es una ganancia de libertad, porque entonces se vuelve capaz de hacer cosas que antes no podía. Este es el genuino concepto de virtud: «expansión» de la capacidad operativa. La virtud, así entendida, es el principal enriquecimiento que la libertad proporciona. Ganar o perder libertad es, en primer lugar, enriquecerse o empobrecerse en virtudes o vicios.
Otra dimensión de la libertad consiste en tomar una serie de decisiones que van diseñando nuestra propia vida, y en la incorporación de los resultados que producen esas decisiones. Aquí se nota con mayor claridad la responsabilidad que acompaña a la libertad -repercusiones.
En relación con esto tiene mucha importancia aquello que uno espera lograr, aquello que cada uno le pide a la vida y procura por todos los medios conseguir. Genéricamente esa pretensión se llama felicidad, y lograrla corre por cuenta de cada uno. Otro aspecto de la libertad es su relación con el entorno, es decir con la sociedad. Entonces, aparece la libertad social, que consiste en que los ideales puedan vivirse a nivel personal, familiar o institucional. La mayoría de las situaciones de falta de libertad que no pueden superarse autónomamente pueden caracterizarse como situaciones de miseria.
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